miércoles, 29 de septiembre de 2010

Red Senderos de Calatayud


Itinerario

Aniñón - Villarroya de la Sierra - Clarés de Ribota

Descripción

Desde el cruce de caminos entre el PR-Z 96 y el GR 90.2 en Aniñón (712 m),
se asciende por una calle asfaltada que en sale del casco urbano y continúa
 como una pista de tierra. Volviendo la vista atrás, se tiene una grandiosa
panorámica de Aniñón.

El sendero balizado discurre por el camino tradicional a Villarroya de la Sierra
y no ofrece ninguna complicación, ya que mantiene la misma dirección con claridad
y los distintos cruces con otras pistas agrícolas están señalizados. Se camina
 entre campos agrícolas, entre los que predominan las vides, con las que se
elaboran vino de la Denominación de Origen Calatayud.

El relieve es suave y desde lejos destaca el caserío de Villarroya de la Sierra,
 presidido por los castillos del Rey y la Reina, dos torreones que coronan los
dos cerros entre los que se ubica el pueblo. Se entra en Villarroya y enseguida
se llega al inicio de la pista asfaltada (740 m; 7,2 km; 1 h 40 min), que sube
hasta la ermita de la Virgen de la Sierra.

El camino continúa por esta carreterilla, si bien antes merece la pena visitar la población.
 Además de los castillos citados, Villarroya de la Sierra ofrece una notable muestra
de arte mudéjar en la iglesia fortaleza de San Pedro, varias casonas de interés y
 un urbanismo de clara huella islámica. Además, se puede enlazar aquí con el ramal
del PR que, separándose del camino principal, lleva a Villalengua.

En esta parte, el PR-Z 96 coincide además con la variante que lleva hasta
la ermita de la Virgen de la Sierra. Es un tramo en el que se asciende hacia
 la sierra de la Virgen, y que ofrece buenas vistas de los pinares y campos del entorno,
 así como elementos patrimoniales como cruces y peirones. Tras 3,1 km se llega
 a un cruce (10 km; 2 h 20 min), en el que las dos rutas se separan y la ruta principal
 sigue a la izquierda, por una pista de tierra.

El paisaje se caracteriza ahora por una sucesión de pequeños barrancos que bajan
de la sierra; si bien los relieves son suaves, y las constantes subidas y bajadas dan
 un atractivo especial al paseo. Los cruces de caminos son numerosos y hay que
 poner atención a las marcas de pintura que señalan la dirección correcta.

Se puede disfrutar tanto de las cárcavas creadas por el agua, como de la vegetación
esteparia y arbustiva del terreno y de las construcciones pastoriles y muros
de piedra seca que hablan de los usos humanos.

Tras cruzar el barranco Valdearanda, aparece Clarés de Ribota, un tradicional
conjunto donde resalta su iglesia de Nuestra Señora del Castillo, de origen románico.
 El sendero llega al pueblo por su lado E (946 m; 21,3 km; 5 h 20 min) y lo bordea
 por su derecha para continuar hacia Malanquilla.

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